Cafe Barcelona Ahora Cevichery

Muchas cosas cambian en South Beach, al punto que pareciera que la brisa que nunca para de soplar hace que esta congestionada zona de Miami se renueve todos los días. E incluso más cuando se habla de sus noches, tan legendarias, incomparables y famosas para los que aman la rumba hasta el amanecer.

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Y entre lo nuevo de todas las semanas, bien vale la pena hablar de Café Barcelona, que, a diferencia de los grandes clubes que habitan las aceras de La Playa y que se caracterizan por las multitudes, el ruido, la intensidad y el protagonismo de sus visitantes, es todo lo contrario. O casi todo. Es decir, es un café muy íntimo, donde se reúnen los amigos, donde se toma vino y se comen unas particulares y únicas tapitas españolas, donde cada día un DJ se encarga de un estilo distinto de música, pero donde también, bien entrada la noche, se forma una rumba que nada tiene que envidiarle a los clubes de moda de South Beach.

Café Barcelona está ubicado donde debería estar, en una de las calles más especiales y auténticas de la zona, en Española Way, donde los otros lugares que la rodean se unen a todo un concepto de los cafés europeos, de la muy buena y bien preparada comida, del vino rojo, en especial, pero también de la fiesta que suele llegar de manera natural, bien entrada la noche y sin que nadie se lo proponga.

Todo se puede destacar en Café Barcelona, que apenas abrió sus puertas hace un par de semanas. Todo es todo, pero en particular sus pequeñas tapas, que no en vano ya tienen fama de ser las mejores de Miami y que son obra de un veterano chef de Galicia, José Manuel Busto, quien lleva 35 años de su vida preparando este tipo de comida.

Busto sabe muy bien lo que hace. Y una copa de vino tinto al lado de una tapa, por ejemplo, de jamón ibérico con queso de cabra, tomate y vinagre es suficientemente tentador para probar una y otra tapa más, y una y otra copa más de vino. Como para no parar.

”Quienes vienen a Café Barcelona están como en su casa, y ése es el concepto que queremos darles a nuestros clientes”, dice Mario Rozon, mánager del lugar. “Creo que aquí la gente se siente relajada, muy distinto a los grandes clubes de La Playa; somos un lugar especial, íntimo, de amigos”.

Lo que dice Rozon salta a la vista y se siente. Cuando Café Barcelona abre sus puertas a las 7 de la noche todos los días, la atmósfera que lo habita no parece la de Miami sino, precisamente, la de Barcelona, ciudad única de España muy cerca de la frontera con Francia. Muchos de sus clientes son españoles que se sienten repatriados cuando prueban los únicos pinchos y tapas de este lugar, pero sin que esto quiera decir que a este café lo visitan sólo los ibéricos. No. ”Es un público internacional, de todas partes”, dice Rozon.

Un público que toma vino, cerveza, cocteles; que come todo tipo de tapitas y que, sin darse cuenta, termina parándose en la barra del café, en las mesas, donde sea, con tal de no detener una rumba que los pocos fines de semana que lleva ha durado hasta las 5 de la mañana, muy al ritmo de los grandes clubes de Miami, así sea otro el concepto.

El café Barcelona es un típico café de Europa en su estilo, en su luz, en su ambiente y en sus primeras horas. Ya entrada la noche, sin embargo, y gracias al buen DJ que comanda la noche, el asunto es otro. Es más dinámico y más vivo, al punto que el sol, como en otros lugares de La Playa, es el que avisa que ya es hora de regresar a casa.