Disfrutando el un menú preparado por un chef belga

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Recorrido por Bruselas disfrutando el un menú preparado por un chef belga (Visit Brussels)

Más de 14.000 comensales sentados en un tranvía recorrieron en 2012 los principales atractivos de Bruselas. Formaron parte de la llamada “Tram Experience”, una iniciativa con la que trataron de promover la gastronomía belga empleando como medio uno de los transportes más extendidos en la ciudad y como fin, un menú ideado por un chef belga que tiene en su poder dos estrellas de la prestigiosa Guía Michelin. La acogida de los comensales llevó a renovar la experiencia que mantendrán hasta el 31 de diciembre. Comenzaron el 14 de mayo y cuentan con 2.000 reservaciones vía on line.

Nuevamente los comensales se deleitaran con los mejores platos tradicionales, modernos y vanguardistas pero, siempre, conservando el sabor de la comida belga de la mano de los ingredientes locales. Para ello, el tranvía cuenta con capacidad para 34 pasajeros que se convierten, además, en comensales de las siete mesas para dos personas y de las cinco con espacio para cuatro.

 Pueden deleitarse con un menú de tres pasos acompañado, por ejemplo, con la mejor cerveza del país. Se trata de un proyecto surgido en el marco de “Brusselicious” (una mezcla entre las palabras Bruselas y delicioso en inglés), en un año temático dedicado a la gastronomía y que incluía otros proyectos como Dinner in the Sky (una cena en una mesa a 40 metros de altura) o Culinaria (un evento para mostrar las creaciones de los mejores chefs belgas). La idea de estos años temáticos fue “proyectar un sector que ya es fuerte. Los aprovechamos para desarrollar y financiar nuevos proyectos que puedan mantenerse tras este año”, explicó su director, Olivier Marette.

 En un cruce de caminos

La Tram Experience acaba de retomar su actividad luego de un descanso de varios meses, y en esta segunda edición Marette no descarta que se cuente con chefs de otras partes del mundo, que, como su comida, tienen perfecta cabida en la gastronomía belga. “La cocina belga está llena de influencias extranjeras. Uno de nuestros platos nacionales son los mejillones, que vienen en su mayor parte de Holanda, pero eso no es un problema para nosotros”, explica.
Los belgas, asentados en un cruce de caminos y anfitriones de gentes de todo el mundo, no tienen reparos en adoptar todo tipo de influencias y vender como propio ese mestizaje, como demuestra el recurrente debate sobre el origen de las papas fritas.

 Orgullo belga

Junto a los mejillones, las papas fritas y el omnipresente chocolate, otro producto estandarte de Bélgica es la cerveza, que recibe un trato casi de “delicatessen”, como señaló Sven Ganz, director de los Brasseurs Belges, asociación que agrupa a la práctica totalidad de cerveceros del país y vela por los intereses económicos y por la promoción de la bebida dorada. “Intentamos crear un ambiente agradable y de orgullo en torno a la cerveza, y para ello llevamos a cabo ciertas iniciativas”, como el Fin de Semana de la Cerveza, un evento que se ha celebrado en la céntrica Grand-Place de Bruselas, y otras enmarcadas también en el programa de Brusselicious.

 Pero si hay que destacar un rasgo de la industria cervecera belga, éste es el de la diversidad, algo en lo que coinciden Ganz y Marette. “Hay una gran diversidad que tiene sus raíces históricas y por la que somos y vendemos que somos el país de la cerveza”, cuenta Ganz.

 Atractivo turístico

La cerveza constituye además un importante activo económico, tanto por su atractivo turístico como por su peso en la economía belga (2.400 millones de dólares anuales, situándose en el octavo puesto entre los productos alimentarios por volumen de negocio) y por su nivel de exportación (11 millones de hectolitros vendidos fuera de sus fronteras, de los 18,5 producidos en 2011, según la asociación Brasseurs Belges). Algo que contrasta con la consideración que los propios belgas tienen de un producto tan nacional: “Sólo en los últimos 5 o 10 años los belgas se han dado cuenta de que sus cervezas son especiales”, dice Ganz.

El director de los cerveceros cita, entre las razones de esta toma de conciencia, la presencia de turistas en busca de este producto, así como que los belgas que viajan al extranjero encuentran que en otros países sus cervezas tienen una consideración especial.

Sobre Bruselas

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Bruselas (Brüssel en alemán, Bruxelles en francés, Brussel en neerlandés), es la capital y ciudad más grande de Bélgica,1 y la principal sede administrativa de la Unión Europea (UE).

Bruselas es también la capital de la Región de Bruselas-Capital, de la Región Flamenca2 y de las comunidades flamenca y francesa de Bélgica.3

El nombre oficial es Ciudad de Bruselas (en francés Ville de Bruxelles o Bruxelles-ville, en neerlandés Brussel-stad, en alemán Stadt Brüssel). Se utiliza para evitar la confusión entre el municipio y la región.

Como capital del Estado, Bruselas es la sede del gobierno y el Parlamento. Alberga también el Castillo de Laeken la residencia de Su Majestad el rey Felipe de Bélgica y la familia real belga.