San Sebastián es bella por fuera; sin duda, una de las ciudades más hermosas de España y por extensión de Europa.
La playa de La Concha es la parte más visible y conocida de su mar. Pero Donosti esconde otro mar; más pequeño, pero asequible y fascinante.
La San Sebastián submarina está en su acuario. El Aquarium abrió sus puertas en 1928 en un edificio del muelle donostiarra, justo en la falda del monte Urgull.
Comenzó a funcionar gracias al impulso de la Sociedad de Oceanografía de Guipúzcoa (SOG), fundada en 1908. En 1998 se inauguró la ampliación que supuso un punto de inflexión del acuarioAnte el paso de millones de visitantes, el Aquarium se ha hecho mayor, más sabio, más espectacular, mejor. Mejor porque han sido muchas las remodelaciones que ha vivido.
Entre todas, la más importante, la acometida en 1998. Ese año se inauguró la ampliación del Aquarium que supuso un punto de inflexión en su trayectoria.
Además de ampliar el espacio con servicios e instalaciones espectaculares, se construyó un tanque de 1.800.000 litros de agua atravesado por un túnel. Éste es el mejor sitio para ver de cerca a Txuri y Kontxita, que son las estrellas del Aquarium.
El túnel atraviesa un tanque de 1.800.000 litros de agua
Se trata de dos tiburones toro llegados desde Miami y Sudáfrica. Lo dicho, y con razón, son la mayor atracción del acuario donostiarra. La remodelación de 1998 sirvió para impulsar definitivamente la misión de la Entidad. En el año 2002, la SOG creó la Fundación Oceanográfica de Guipúzcoa (FOG) con el fin de aportar una mayor solidez a su futuro.
Ya en 2006 se iniciaron las obras de reforma del Palacio del Mar-Aquarium, que fue abierto al público en 2009, con un renovado y actualizado museo así como la apertura de nuevos acuarios, dedicados a la fauna tropical y una nueva entrada.