Tamborradas hay muchas en el País Vasco, pero la de San Sebastián es especial por su historia y arraigo. La tamborrada donostiarra presume de una enorme participación, y con razón: son más de 15.000 adultos agrupados y 5.000 niños. Así se consigue su enorme vistosidad y apabullante presencia sonora. Con esta fiesta, cada 20 de enero, la ciudad celebra el día de San Sebastián.
Ubicación:
Guipúzcoa (en euskera, y oficialmente, Gipuzkoa1 ) es una provinciaespañola y territorio histórico de la comunidad autónoma del País Vasco. Su capital es San Sebastián. Limita con el departamento francés de Pirineos Atlánticos por el noreste, Navarra al este, Vizcaya al oeste, Álava al suroeste y el golfo de Vizcaya al norte. Se halla situada en el extremo este del mar Cantábrico, en el golfo de Vizcaya, entre los 42º 53′ 10″ y los 43º 23′ 45″ de latitud norte y entre 1º 43′ 45″ y 2º 36′ 7″ de longitud oeste de Greenwich. Posee 66 km de costa.
La fiesta empieza a la media noche del día 19 de Enero en la plaza de la Constitución con la izada de la bandera de la ciudad. La sociedad Gaztelubide y representantes de otras tamborradas comienzan a tocar la Marcha de San Sebastián, del maestro Raimundo Sarriegui y el resto de composiciones: Diana, Retreta, Tatiago, Iriyarena, Caballería de viejas, etc. Un centenar de compañías formadas por 20 a 50 tambores y entre 50 y 100 barriles desfilan por todos los barrios de la ciudad durante el día 20.
Así se consigue su enorme vistosidad y apabullante presencia sonora.La fiesta se inicia en la medianoche del día 19 en la plaza de la Constitución, en la Parte Vieja. Se iza la bandera de la ciudad y de la mano de la sociedad Gaztelubide y representantes de otras tamborradas comienza a sonar la Marcha de San Sebastián.
Desde ese momento, un centenar de compañías formadas por entre 20 y 50 tambores y entre 50 y 100 barriles desfilan por todos los barrios. Algunos barrios celebran también izadas de forma paralela. El origen de la Tamborrada de San Sebastián no está claro.
Tal vez está en el redoble que sobre las herradas producían las chicas de servicio y sus acompañantes –menestrales y soldados– mientras esperaban su turno ante una de las tres fuentes que abastecían de agua a la ciudad allá por 1836. Tal vez el detonante fuera el Carnaval, cuando algunos habitantes comenzaron a imitar y burlarse de las formaciones castrenses en plena Guerra Carlista.
Todo ello acabó siendo la disculpa para festejar al santo patrono. Cambió la vestimenta y ganaron terreno los uniformes.
Y a los barriles se añadieron los tambores. Las mujeres son minoría porque el origen está en las sociedades gastronómicas, sólo de hombres
Cada tamborrada se divide en dos grandes grupos: los tamborreros, con un uniforme de la época napoleónica, y los cocineros, que tocan el barril. Las mujeres –que suelen vestir el traje de cantinera– son minoría, ya que el origen de la fiesta está en las sociedades gastronómicas, únicamente integradas por hombres. El ir y venir de las tamborradas hace imposible que no haya un solo barrio en el que no se escuche el estruendo. Son 24 horas de paseo por San Sebastián de más de 15.000 personas.
Y cuando los oídos de los menos propensos a la fiesta creen ya poder descansar, llega la tamborrada infantil –en su caso 5.000 niños con sus tambores, durante la mañana–.
Todo acaba donde empezó. En la medianoche del día 20 de enero, las compañías se reúnen de nuevo en la Constitución. Esta vez la sociedad La Unión Artesana arría la bandera de la ciudad y se vuelve a tocar el Himno de San Sebastián. Fin de la fiesta.