San Sebastián tiene un ayuntamiento que no pasa desapercibido. Señero y visible, hoy es sede del consistorio, pero no nació con esa función. Este edificio, próximo al Real Club Náutico, fue construido en 1887 en los jardines de Alderdi-Eder para albergar un casino.
Se construyó entre 1882 y 1887 como Gran Casino por los arquitectos Aladrén y Morales de los Ríos y tiene un ligero parecido, está ligeramente inspirado, en el casino de los casinos, el de Montecarlo, de 1878.
El Casino fue inaugurado por María Cristina de Habsburgo, la Reina Regente Ambas fachadas comparten por ejemplo su horizontalidad, en el caso donostiarra en paralelo a los jardines.
El diseño ecléctico esta emparentado con el arquitecto francés Garnier y con su proyecto del Casino de Montecarlo. Eran los tiempos en que nacía el turismo y los españoles se iban acercando discretamente a las playas. En ese punto todas las miradas se centraron en San Sebastián.
En ese contexto llegó la idea de levantar un casino, por el pasó lo más florido de la sociedad europea durante los años de la Belle Époque. El Casino fue inaugurado con toda pompa por María Cristina de Habsburgo, la Reina Regente. Pero su vida dedicada al juego, el lujo y la diversión duro poco. La prohibición del juego que promulgó la dictadora de Primo de Rivera, supuso el cierre de sus suntuosos salones en 1924.
En 1945 el Ayuntamiento –que se encontraba en la parte vieja, en la Plaza de la Constitución– se trasladó a este edificio, tras una modificación del proyecto inicial. Por lo general, no están permitidas las visitas, pero sí la celebración de bodas civiles.